(y la razón por la que decidimos vender nuestro negocio)

Hay quienes hablan en redes sociales sobre emprender; y hay gente que se ha puesto las botas, y ha apostado por echar andar un negocio propio. En este último grupo me encuentro yo.

Esos que llevamos heridas de “guerra”. Esos que sabemos el sustico que da firmar el contrato de alquiler de un local y contratar a un empleado. Esos que hemos aprendido a emprender haciendo. Y digo emprendedora, porque la palabra empresaria me queda grande, grandísima. 

Emprender es un carácter, que no sólo sirve para convertirse en empresario, sino para ser un mejor asesor o un mejor empleado.

Porque emprender es emocionarse con los desafíos, con querer aprender algo nuevo, no temerle a probar las teorías, para ver si en la práctica funcionan, y comprometerte con empujar tus ideas aunque pases por pesado, por soñador, por tonto o por listillo. 

Y de cada emprendimiento se aprende. Yo tengo dos tatuajes en mi alma emprendedora: TFM* The Filmmaker Studio y El Racó Ibèric. Con TFM tuve que bajar la persiana al emigrar, pero ese aprendizaje lo trajimos a El Racó, que después de casi cuatro años en marcha decidimos venderlo. 

Pero cómo lo importante de cada experiencia es NO olvidar las lecciones aprendidas. Hice una serie de  7 lecciones de emprender en España (y la razón por la que vendimos nuestro negocio).

Aquí va la primera entrega:

  1. El valor de la polivalencia o el multitasking

En mi universidad, solía decirse que como los comunicadores sociales tenían un mar de conocimiento con un milímetro de profundidad. 

Esta creencia se convirtió en un caballo de troya en la manera de percibir mi profesión. Una mutilación interna. Un sentirte incompleto como profesional. Algo había de mentira en esa frase, un mentira disfrazada de verdad que dispara al centro del corazón. 

Siempre me he sentido así hasta que tropecé con error con esta “missquoted” o frase mal citada en inglés: “A Jack of All Trades, a Master of None”, que se traduciría como un “Un experto de todos los oficios, es un maestro de ninguno”. 

Pero, lo cierto es que la cita está incompleta. La frase original es “A Jack of All Trades, a Master of None, oftentimes better than a Master of One”, cuyo sentido transmite que: “Un experto de todos los oficios, es maestro de ninguno. Sin embargo, esto muchas veces suele ser mejor que ser maestro de una sola área”. 

La frase se le atribuye a Shakespeare, quien en el teatro, además de escribir, actuaba, ayudaba con el montaje de escenario y la vestimenta de los actores.

Con lo cual, al momento inicial de emprender un proyecto o un propio negocio, es bueno y necesario que seas maestros oficios, para luego, cuando el proyecto despegue puedas delegarlo.

¿Qué características polivalentes son valiososas?

  • Que entiendas de estrategia. Tanto una startup como una cafetería de especialidad/vinoteca pueden beneficiarse de la metodologías de trabajo que propone el Lean Canvas. Esto lo aprendí en la pandemia gracias a todo el contenido gratuito que Universidadesy Escuelas de Negocio como The Power MBA pusieron disponible para todo público. Nuestro plan de negocios era un PDF detallado de al menos 20 páginas. El Lean Canvas, adaptado del Business Model Canva, te permite en visualizar en un solo lienzo o pantallazo tu negocio. Esto te permite tomar decisiones empresariales informadas (en inglés suena más fancy o elegante: Data-driven decisions) y rápidas. Si quieres aprender más sobre esto: https://leanstack.com/bmc_alternative
  • Que entiendas de Mercadeo. Las cuatro de P de Porter y la quinta de “People” que aprendí en la Universidad. (Ya os dije mi carrera era polivalente y estudiamos 2 años mercadeo y publicidad, aunque mi especialidad fuera Audiovisual) me sirvieron para siempre tener en mente todas estas variables juntas: Producto, Plaza, Precio, Promoción y People. Entender que sí podíamos decidir diferianciarnos por calidad (y subir la calidad de los productos y el precio) pero tampoco podíamos irnos del mercado. Y que otra de forma de diferenciarnos era comunicar mejor las bondades de nuestros productos. Tanto así que nos auto-llamábamos el bar de “Los explicadores”. Al escogernos, nuestros clientes además aprendían algo nuevo sobre su productos favoritos. 
  • Que entiendas de finanzas y contabilidad. Hay que meterse en los números de lleno, al menos una vez. Cuánto ingresas, cuánto gastas, cuánto se queda Hacienda. De esto escribiré en detalle luego, porque contar con la asesoría de un controller financiero, nos permitió pasar de evaluar 15 páginas de excel a llevar un control diario con un one-page. ¿Para qué? Para lo mismo que sirve la estrategia, para aprender a tomar decisiones informadas y rápidas. 
  • Que entiendas de impuestos. Sí, es verdad, aquí en España al mínimo que emprendes o das de alta una SL te ponen el filtro de Realidad Aumentada “Amancio Ortega” (sí, como esos filtro de Instagram que te ponen nariz y orejas de gatito) y te cobran impuestos como si tu facturaras al ritmo de Inditex, y no como lo que eres, un autónomo que quiere llevar sus cuentas ordenadas y aislar el riesgo de la empresa de sus finanzas personales. Así, que digo, enterarse, y a leer BOES para que no te de un infarto cuando tu gestor te pasé lo que debes pagar e obligaciones fiscales. 

Libros recomendados en esta etapa:

  • “La estrategia del Oceáno Azul”. Suena hippie pero no lo es. Es muy interesante y muy revelador. 
  • “Profit First” suena a capitalismo salvaje, pero tampoco es así. Habla de aprender qué gastos puede permitirse tu negocio y cuáles no.

Para los profesionales (no empresarios) que descubrimos estas teorías como la del “Océano azul”, supongo que debe sentirse como la primera vez que alguien lee sobre “El Viaje del Héroe” conceptualizado por Josep Campbell y popularizado por Chris Vogler en “El viaje del escritor”. Sientes que te han dado una llave al conocimiento increíble…y que hacer escribir películas quizás no sea alquimia emocional. 

Pero, así como escribir guiones de cine no es tan fácil, aunque te sepas de memoria el libro de Syd Field, el de John Truby y puedas citar de memoria cualquiera de las 498 páginas de “El Guion” de Robert McKee. 

Así, tampoco lo es emprender y crear o encontrar tu propio océano azul tampoco.

Lo que todo polivalente necesita aprender es su valor “T”, esa competencia o “skill”, y para muchos comunicadores como yo, esa skill tiene que ver con la comunicación, escrita, oral y digital. Así que toca seguir escribiendo 😄


La próxima entrega (el próximo lunes) va de El valor de las competencias transferibles o como la llaman los anglosajones “transferable skills”.